Esta semana, el presidente Joe Biden firmó una nueva orden ejecutiva dedicada a obligar a todos los estados a acatar directrices que favorezcan a la comunidad gay, lo que se podría traducir en una represión de la libertad religiosa.
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Dicha orden estaría también perjudicando a estados que tengan leyes en contra de la ideología de género, debido a que esta nueva orden elude todas las decisiones estatales que busquen proteger a los niños de la perversión LGBT.
Allí, Biden está atacando a lo que se ha catalogado como «leyes estatales hostiles a los derechos LGBT» para poder mantener la ideología gay en escuelas y entornos públicos.
Llamada «Orden ejecutiva sobre el avance de la igualdad para lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer e intersexuales«, esta fue lanzada el miércoles desde la Casa Blanca para celebrar la mitad del mes del orgullo gay.
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La medida pide al gobierno que «salvaguardar a los jóvenes LGBTQI+ de prácticas peligrosas como la llamada ‘terapia de conversión’, esfuerzos para suprimir o cambiar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de una persona».
Según la Asociación Estadounidense de Psicología, dicha terapia de conversación es «el asesoramiento y psicoterapia para eliminar los deseos sexuales de las personas por miembros de su mismo sexo», las cuales son principalmente ofrecidas por centros cristianos conservadores e iglesias que son criticados por su «intención de tratar de eliminar estos deseos».
Los críticos, el intento de prohibir la «terapia de conversión tiene como objetivo prohibir que los consejeros cristianos autorizados asesoren sobre la base de sus creencias religiosas a aquellas personas que experimentan atracción no deseada por personas del mismo sexo o confusión sobre su sexualidad».
Dentro de la orden que emitió Biden, dice que la terapia de conversión es una «práctica desacreditada que, según las investigaciones, puede causar un daño significativo, incluidas tasas más altas de pensamientos y comportamientos suicidas por parte de los jóvenes LGBTQI+«.
Asimismo pidió al secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, que se estableciera una iniciativa para «evitar que los jóvenes fueran expuestos a las terapias».
Biden instó a Becerra a «considerar si emitir una guía que aclare a los programas y agencias de servicios del HHS que la llamada terapia de conversión no cumple con los criterios federales para su uso en programas de servicios humanos y de salud financiados con fondos federales».